Etapa 3. India (Tamil Nadu)

Entramos en Tamil Nadu, uno de los estados con más carácter de la India, por un lugar especial: Kanyakumari, la puntita sur del país. Es un lugar peculiar por su situación geográfica, entre tres mares, y también en lo religioso, ya que la mitología india dice que allí la diosa Devi derrotó a los demonios y salvó al mundo (gran detalle por su parte). En nuestro caso, además de todo eso, fue el primer lugar donde tuvimos problemas para encontrar alojamiento. Todo estaba lleno o valía el triple de lo normal, así que sólo pudimos quedarnos una noche. Aun así, nos dio tiempo de disfrutar de la magia, el caos y el encanto de una ciudad que lo mismo le dedica un memorial rosa desastrado a Gandhi que le hace una estatua de 40 metros al poeta Thiruvalluvar y monta un bazar-feria con algodones de azúcar y caballos, mientras cientos de peregrinos se bañan vestidos en una miniplaya sucia, todo en el mismo sitio y a la vez…

Madurai
El día 23 de diciembre tuvimos que volver a coger las mochilas y subirnos a un bus a Madurai. Entre esperas y retrasos, llegamos de noche y anduvimos dos horas para encontrar un hotel. La mañana mejoró las cosas, cambiamos a un hostal mejor y más barato y comenzamos a disfrutar de uno de los lugares que más nos ha gustado de la India. Madurai es una ciudad grande y ruidosa pero con un templo alucinante y mucha vida de calle. Deambulamos por allí tres días escasos pero nos habríamos quedado unos cuantos para vivirla un poco más a fondo. Allí pasamos Nochebuena y Navidad y el día 26 cogimos un tren repleto (nos tocó sentarnos en el suelo) para seguir hacia el norte.

Thanjavur
Esta pequeña ciudad no entraba en nuestro itinerario, pero nos pillaba de paso a Pondicherry y tenía buena pinta sobre el papel, así que en la misma estación decidimos hacer un par de noches allí. Fue una buena elección y nos encantó su templo, Brihadishwara, Patrimonio de la Humanidad, que en vez de estar pintado como el de Madurai respetaba el color tostado de la piedra y se volvía dorado y rojizo al atardecer.

Pondicherry
Hasta cuatro autobuses (cambiando en Kumbakonam, Chidambaram y Cuddalore, los nombres al menos eran divertidos) tuvimos que tomar para llegar a este pueblo costero de pasado (y cierto presente) francés. Llegamos el 28 de diciembre y nos quedamos hasta Año Nuevo, paseando por sus calles limpias y arboladas, buscando restaurantes poco turísticos en la zona tamil para conseguir precios también tamiles en vez de casi-franceses, teniendo encuentros surrealistas con coleccionistas de monedas, admirando las casitas con verjas de colores y alternando visitas curiosas: un templo con elefante, un santuario budista, iglesias decoradas para Navidad, un jardín botánico abandonado… Nuestra cena de Nochevieja tuvo menú indio (limonada con menta, crema de tomate, gobi tandoori, paneer butter masala, naan y arroz) y banda sonora de Bolliwood en la azotea de un pequeño café. Hubo hasta fuegos artificiales y los indios celebraron el año nuevo pitando y gritando por las calles y haciendo dibujos especiales con brillantina en el suelo frente a las puertas de las casas.

Mamallapuram
Con el año nuevo también hubo ciudad nueva y llegamos a Mamallapuram, donde pasamos tres noches y tres días pateando. Nos gustó mucho la colina que domina la ciudad y que está llena de templos y bajorrelieves excavados directamente en la roca que Rajaram (un escultor de la zona) nos explicó. También los templos Five Rathas, tallados con forma de carruaje en enormes piedras. La zona de la playa estaba más pensada para turistas, pero nos alejamos para huir de los restaurantes multicocina hacia el picante, las dosas y el chai en vaso de metal.

Chennai
En Mamallapuram compramos el billete a Vietnam para el día 11 de enero, así que sólo nos faltaba una ciudad para terminar nuestra etapa en la India. Un bus traqueteante como sólo hay aquí (aunque menos kamikaze que algunos anteriores) nos llevó a Chennai, la capital de Tamil Nadu, a donde llegamos el día 4. Es una ciudad grande, con más de 6 millones de habitantes, con una playa inmensa y un mar muy picado, calles repletas de tiendas que en algunas zonas son temáticas (hay calles donde sólo se venden repuestos de coche y moto, en otras libros o colchones…), templos, iglesias y santuarios de todas las religiones, un parque natural en plena ciudad, universidades y edificios públicos de ladrillo rojo y escaleras infinitas que parecen un escenario de Harry Potter, un antiguo fuerte inglés… De todo ello estamos disfrutando estos días, los últimos en este país maravilloso que tanto nos ha sorprendido. Nos da pena dejar la India, pero Vietnam espera y el viaje tiene que continuar…

Etapa 3. India (Tamil Nadu)

5 comentarios en “Etapa 3. India (Tamil Nadu)

  1. Acelgafrita dijo:

    Hola mochileros!
    Cómo me gusta leeros, en la pestaña de al lado tengo abierto el google maps y voy siguiendo vuestra ruta. Jolines, habéis hecho ya unos cuanto kilómetros!
    Qué curioso que la gente allí se bañe vestida. Vosotros también os bañáis así o vais a las zonas turísticas o desérticas para aligeraros de ropa?
    Tenéis buen aspecto en las fotos, se os ve que os estáis poniendo las botas culinariamente hablando.
    Besotes!!

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    1. Amaya dijo:

      Acelguchi!:) Nosotros nos banyabamos en banyador o si se veia la cosa muy pudorosa,no nos banyabamos y punto! Hay que matizar que algunos indiOs se banyan en calzoncillos,las indias siempre vestidas!
      Estamos muy bien, aunque solo colgamos las fotos en las que salimos guapos,eh? 😉 No hacemos subidas indiscriminadas como las tuyas al Facebook 😛
      Mil besos,guapo!!!!

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  2. Pedro y familia dijo:

    Que pasa txabalotes!

    Os escribo estas líneas unos minutos antes de empezar a hacer las maletas y coger el avión que me cambiará de continente. Eso que vosotros hicísteis hace unos días, lo hago en sentido contrario, hacia el otro lado del mundo, y con otra diferencia: yo permaneceré en un lugar que he visto ya durante mucho tiempo, pero vosotros tenéis que buscaros el techo cada día y tenéis cada día para descubrir un pedazo del mundo.

    Que sepáis que a pesar de que os encontraréis infinidad de problemas, me dáis un envidia terrible. Os pensamos leer a menudo.

    Os manda un fuerte abrazo desde Sopelana, vuestro primo y amigo y otro pedazo de abrazo de parte de los aitas.

    Lo dicho, mucha suerte, y estaremos pendientes de vuestras aventuras. Un abrazo!

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    1. Amaya dijo:

      Pedro Picapiedra 🙂 Animo en tu viaje, que tambien tendra sus cosas buenas.Y si te quedas un tiempo por esas tierras, como recompensa prometemos ira verte 🙂
      Mil besos para ti tambien!

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