CHRISTCHURCH
«La ciudad más inglesa fuera de Inglaterra». Es lo que dicen de esta ciudad, pero no se si eso es bueno o malo. Con cerca de 350.000 habitantes, no está viviendo sus mejores días después del terremoto que destrozó gran parte de la ciudad el 22 de febrero. Toda la zona centro se encuentra acordonada, mientras se llevan a cabo los trabajos de reconstrucción. Impresiona pasear por sus calles y ver los comercios y viviendas abandonadas tal cual se quedaron el día del desastre. Aún así un paseo por el enorme y precioso Hagley Park, en centro de Christchurch, te da una idea de la belleza de la ciudad.
PARA DORMIR
– Kiwi House (373 Gloucester St.): fue uno de los primeros hostales en abrir después del terremoto del 22 de febrero. Lo llevan un grupo muy amable de japoneses, al igual que la mayoría de los huéspedes que se alojan aquí. Los dormitorios de cuatro (20NZ$) y ocho camas (18NZ$) son de baño compartido. Las zonas comunes son una amplia cocina con comedor y una sala de TV y DVD. Lo malo del lugar es que está un poco alejado del centro, sobre todo ahora que gran parte de las calles están cerradas y hay que dar un gran rodeo para llegar.
WANAKA
Es un pequeño pueblecito junto al lago que le da nombre. Se encuentra en un precioso escenario de enormes valles, lagos, glaciares y ríos. Es un lugar ideal para la práctica del esquí, paseos en bici, trekking… o si puedes permitirtelo dar una vuelta en avioneta, que nosotros nos quedamos con las ganas.
ARROWTOWN
De camino a Queenstown es casi obligatorio una pequeña parada en este pueblecito. Antiguo enclave minero, conserva las casas de la época y se encuentra en un precioso valle rodeado de arboledas.
PARA COMER
En este caso no es para comer, sino para tomarse un cafecito y hacer una pausa en el viaje:
– Pannikins Cafe (Bukingham St, en el pasaje Coachmans Hall): además de los pancakes y otras delicias caseras, lo que más nos gustó de esta pequeña cafetería fueron los diferentes tipos de café y té que tienen y que puedes repetir tantas veces como quieras por 3,50NZ$ (nos estamos volviendo un poco rapiñeros, lo sé). También tienen un ordenador para navegar por Internet y revisar los correos, gratis.
QUEENSTOWN
En la ladera de una montaña y junto al lago Wakatipu se extiende este pueblo, de los más grandes de la parte sur del país (8.500 hab.), y también más turístico que el resto. Es el punto de partida para las principales excursiones de la zona: Milford y Doubtful Sound (vía Te Anau). Además es la cuna del ‘bungy jumping’ (puenting), donde se inventó en 1988. Sobra decir que es una experiencia obligatoria para los amantes de este tipo de deportes.
EXCURSIONES
– Bungy jumping: lo contratamos con AJ Hackett Bungy (esquina Shotover y Camp Street). Es el principal operador de la ciudad. Ofrece varios tipos de salto. Kawarau Bridge Bungy (43 m): el original, desde un puente sobre el río Kawarau (180NZ$). Nevis Bungy (134 m): el salto más alto del país con 8,5 seg. de caída (200NZ$). The Ledge Bungy (47 m): salto a estilo libre, a 400 m. sobre Queenstown (180NZ$). Nevis Swing (120 m): un bonito péndulo a más de 160 metros de altura (180NZ$, en tándem 320NZ$).
– Milford Sound: se pueden encontrar cruceros (1,5 hr.) desde 63NZ$ si lo haces por tu cuenta desde Milford. Lo contratamos el viaje con Southern Discoveries, que incluía el bus desde Queenstown y el crucero por Milford Sound con almuerzo y todo (147NZ$). Si viajas por tu cuenta que sepas que la carretera es un poco estrecha y empinada en algunos tramos pero el paisaje es realmente increíble.
AKAROA
El pueblecito es pequeño y aunque la carretera que llega hasta allá atraviesa varios valles y a veces se pone demasiado cuesta arriba, las vistas y tranquilidad del lugar, junto al mar, merecen la visita. Se nota sobre todo su herencia francesa en la arquitectura de la zona y algunos locales.