Visitar las líneas de Nazca es seguramente el principal objetivo de los turistas que visitan la ciudad, y nosotros, como buenos turistas que somos, no podíamos ser menos.Los geoglifos, que es su nombre técnico, están hechos retirando grandes zonas de piedras oscuras para descubrir el suelo claro de debajo. El viento corre por ellas y las mantiene visibles. Ya que los nazcas no tenían aviones, dicen que consiguieron hacer los dibujos perfectos así de grandes por transposición de otros más pequeños. En cuanto a su uso, se cree que era ceremonial, de protección. Como comentó un avispado guía, «antes se creía que las líneas eran pistas de aterrizaje para ovnis, pero luego se demostró (nosotros creemos que un tal Spielberg) que los ovnis aterrizan en vertical, así que se olvidó esa teoría».
Si aún no te has comprado un ovni de esos, existen dos opciones diferentes, una cara y otra barata. La barata es evidentemente la más sencilla, ya que sólo necesitas contratar un taxi y visitar la zona del mirador. Desde allí se pueden observar las siluetas de tres de las figuras excavadas en la tierra. La opción cara es contratar un vuelo en avioneta. El precio medio suele ser de 120 $ por persona más la tasa de 25 soles del aeropuerto.

La primera tarde en Nazca, el 10 de agosto, la dedicamos a preguntar precios por las diferentes compañías y en el mismo aeropuerto (taxi 4 soles). El vuelo se contrata siempre el día anterior, pero si eres una sola persona o pareja puedes encontrar ofertas de última hora preguntando por la mañana, en cuanto abren las agenciad. Y muchas veces si eres una persona que pesa poco tienes más facilidades para encontrar un hueco que alguien más ‘gordo’.
La primera empresa que visitamos (Aeroparacas) resultó ser la más económica: 120 $ más tasas, con el traslado al aeropuerto incluido. El problema era que no tenían sitio para volar al otro día, así que nos dijo que fuéramos a la mañana siguiente por si hubiera algún hueco.

A las 7,45 de la mañana ya estábamos en la agencia donde nos tuvieron esperando hasta las 9, cuando por fin nos dijeron que había dos sitios en un vuelo a las 10 (ja, a las 10 decían…). Esperamos un poco más y nos llevaron en una furgo al aeropuerto donde nos pesaron, pagamos la tasa y nos tocó esperar, otra vez.
Pasamos el rato en la zona de embarque con otras decenas de personas, viendo un vídeo explicativo sobre las líneas y comiendo galletas.
Por fin a las doce y pico subíamos a la avioneta con otros dos chicos ingleses.
El vuelo fue muy chulo, por las líneas (impresionantes, inmensas) y por el paisaje (desértico, alucinante, con sólo unas zonas verdes y una carretera que cruzaba en medio de la nada). Eso sí, con tanto sube y baja, línea a la izquierda, ahora a la derecha, otra vez por la izquierda… las galletas estuvieron a punto de salirse por ambos lados, ¡qué mareo, madre!
Vimos gran parte de las figuras (el mono, la araña, el colibrí, el astronauta…) y, aunque en las fotos no se aprecian la dimensiones de los dibujos, resultan espectaculares.
Cuando se nos asentó el cuerpo, unas cuantas horas después, nos fuimos a comer ceviche rico, rico y a pasear por la ciudad como punto final a ese gran día.
Aquí os dejamos un pequeño vídeo que hicimos del vuelo. Las líneas no se ven mucho, para eso hay que tener los hue…s de subirse a una avioneta.

Más fotos de Perú en nuestro álbum de Flickr, aquí.

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