28 agosto – 12 septiembre
Si Perú es un país tradicional, Bolivia lo es todavía más (y también más pobre). Casi todas las mujeres visten las ropas típicas, con faldas largas, blusas, chaquetas y toquillas superpuestas. Llevan el pelo negro recogido en dos trenzas unidas al final, a veces por una tira de adornos con borlas como las de las cortinas. Y, en lo alto de la cabeza, una especie de bombín negro o marrón que portan con orgullo, extrañamente elegante en contraste con las ropas alegres y multicolores. Casi siempre cargan pesos a la espalda (ellas son las vendedoras y las madres, así que, si no es mercancía, es un niño), que sujetan con una tela grande de rayas atada sobre los hombros al pecho. Cuando viajas con ellas en el autobús traqueteante y destrozado de turno, las ves levantar sonriendo sacos gigantes con sus manos curtidas, callosas y fuertes. Y te preguntas cómo te quejas tú de la mochila y de tu vida tranquila. Seguir leyendo «Etapa 25. Bolivia»