Lugares de México (zona sur) y Guatemala (Flores)

OAXACA
Nuestra estancia en Oaxaca (pronunciado «oajaca») fue algo efímera, pero disfrutamos mucho (junto a Pedro, Sergio, Brenda y Arelette) de esta bonita ciudad de estilo colonial, con un centro histórico de calles adoquinadas y casas bajas. La zona del centro, además de tener mucho ambiente por las noches, gracias a sus numerosos restaurantes y bares (imprescindible probar el mezcal, lo del gusano lo dejo a gusto del consumidor), tiene un precioso mercado de artesanías y comida muy bonito. De allí hicimos una escapada a las cascadas y fuentes sulfurosas de Hierve el Agua, las ruinas de Yagul y visitamos una fábrica donde aprendimos cómo se elabora el mezcal, con degustación incluída.
-Bus México D.F.-Oaxaca: el viaje lo hicimos con la compañía ADO, que no es que sea el más barato (426 MXN), pero al menos es cómodo, ya que es un viaje largo (cerca de 6,5 horas).

PARA DORMIR
– Posada Catarina
(Aldama, 35. Centro Histórico): está muy bien situado, a sólo unas calles de la plaza de la Catedral y junto al mercado de la ciudad. Teniendo en cuenta el precio de las habitaciones de la ciudad (rara vez las habitaciones dobles bajan de 400 pesos mexicanos) este hotel es una buena opción. Habitación doble (350 MXN) con baño privado, televisión por cable, agua caliente y conexión wifi.

PARA COMER
– Pizzería Alfredo da Roma
(Alcalá 400): pizzas, pasta, ensaladas… suelen tener música en vivo. Pizzas de 70 a 200 pesos dependiendo del tamaño. Cervezas a 25 pesos.
– Comedor Mª Alejandra
(Mercado de Oaxaca): moles típicos variados (40 pesos), tamales (25 pesos), cafés y chocolates con pan dulce (20 pesos). Las raciones suelen ser enormes.
– Comedor Bety
(Mercado de Oaxaca): platos típicos regionaes: tamales y moles de pollo con arroz (40 MXN)
– La Casa del Mezcal
(Flores Magón, 209): cervezas (20 MXN) y mezcales tradicionales (25 MXN).
– Los Zicarios
(Matamoros, esquina Gral. Porfirio Díaz): un buen sitio con mesas para tomarse una cervecilla (25 MXN).
– Txalaparta
(Matamoros, 300): local para bailar. Es curioso que te cacheen en la entrada.

JUCHITÁN DE ZARAGOZA
Llegamos a esta pequeña localidad mexicana en plena tormenta veraniega, de esas que aparecen de repente y en las que el cielo empieza a descargar agua de forma muy violenta. A la mañana siguiente apenas había rastro de la lluvia del día anterior. El pueblo de Juchitán no es muy grande (93.000 habitantes), y es seguramente uno de los más tradicionales que visitamos hasta la época. No es raro ver a gente con los trajes típicos cualquier día paseando por sus calles. Otra de las cosas más conocidas y peculiares son los ‘muxes’, algunos hombres de la ciudad que asumen el papel femenino y todo lo que ello implica.
No os podemos recomendar ningún sitio para dormir, ya que esta vez nos acogió Pedro, primo de Amaya, que nos hizo de guía y nos llevó por toda la zona enseñándonos algunos de los sitios más bonitos del lugar.

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS
Esta ciudad del municipio de Chiapas (185.000 habitantes) es una de las más visitadas de la zona. Quizás sea porque de aquí se pueden visitar algunos de los pueblos indígenas más antiguos de la zona (San Juan Chamula y San Andrés) y observar sus viejas costumbres. Otros de los atractivos de pueblo son la zona de la catedral, el templo del cerrito de San Cristóbal, el templo de Santo Domingo y el Mercado Municipal. Por lo que seguro que no es famoso esta ciudad es por su buen clima. Se recuerdan muchas inundaciones que a lo largo de los años asolaron la ciudad, y en los días que nosotros estuvimos no hubo uno en el que no lloviera de forma torrencial.
– Bus San Cristóbal de las Casas-Palenque: hay varios autobuses a lo largo del día (compañía AEXA), el viaje cuesta cinco horas y 90 MXN por persona.

PARA DORMIR
– Casa di Gladys (5 de Mayo, 47): a cinco minutos al NO de la catedral. Las habitaciones (180 MXN) son amplias pero húmedas y frías en los días lluviosos. Desayuno incluído. Tiene wifi y un par de ordenadores en la zona común.

PARA COMER
– Bar Restaurante Parvati (Francisco I. Madero, 4): cocina hindú con un toque mexicano. Tiene platos vegetarianos y por las noches suele haber actuaciones en vivo. Menú típico hindú (38 MXN), Ensalada Mediterránea (38 MXN), Falafel (42 MXN). Cervezas 2×1 hasta las ocho de la tarde.
– Alrededores del Mercado de Dulces y Artesanías
(Insurgentes): en los soportales de la plaza hay varios locales con menús económicos. En la mayoría de los casos el plato principal cuesta 40 MXN. Mole Chiapaneco y carne asada.

PALENQUE
Fue una de las ciudades mayas más importantes del 250-900 d.C. y de ello dan cuenta las impresionantes ruinas que se encuentran a 7 kilómetros de la ciudad. Son el principal atractivo de la ciudad y de toda la zona. Del centro de la ciudad destaca tan sólo la plaza principal, con lugares de comida en los alrededores y sus dos calles principales con comercios y hoteles. No hay nada más destacable en esta pequeña ciudad. Las ruinas de Palenque se encuentran muy bien conservadas y la belleza de alguna de ellas (templo de las Inscripciones, el Palacio o el grupo de templos de las Cruces), junto al maravilloso entorno natural en el que se ubican, hacen de estas ruinas un lugar de visita obligada.
– Bus Palenque-Flores (Guatemala): desde el mismo hotel venden viajes organizados hasta Guatemala (350 MXN), y el viaje (de nueve horas) incluye el transporte en minivan hasta la Frontera Corozal, barco hasta Bettel y autobús hasta Flores (Guatemala).

PARA DORMIR
– Jungle Palace (El Panchán): cabañas en medio de la selva, con ventilador y baño compartido. El Panchán está justo en la primera entrada del Parque Arqueológico, a 5 kilómetros del pueblo (un taxi desde el pueblo cobra 50 MXN), el colectivo que hace la ruta desde Palenque hasta las ruinas cobra 10 MXN por persona (acaban a las seis de la tarde).

PARA COMER
– El Mono Balnco del Panchán (El Panchán): tiene una carta muy variada de platos mexicanos y occidentales a buen precio. Quesadillas: queso gratinado y champiñones acompañado con frijoles o ensalada (45 MXN), tortas vegetarianas (30 MXN), cervezas a 35 MXN. Por las noches hay espectáculos y buena música.

FRONTERA COROZAL
En la Frontera Corozal no hay que pagar tasa de salida (por lo menos en nuestro caso, pero asegurarse mejor antes de llegar) pero sí una tasa de 15 MXN por entrar en la comunidad de Corozal (aquí el que no te cobra algo es raro). Al cruzar a Guatemala vas a tener la oportunidad de cambiar pesos mexicanos por quetzales (la moneda guatemalteca), la tasa de cambio que te aplican allí es de 100 MXN/60 Q. No está nada mal, así que se puede aprovechar. Sobre todo porque el tiempo que pasamos nosotros en Flores no tuvimos el privilegio de ver un banco abierto (hay 2 y un par de cajeros en Santa Elena). Otro motivo más para cambiar algún quetzal en la frontera es que en el puesto de inmigración hay que pagar 40 quetzales por persona.

FLORES (GUATEMALA)
Es un pueblo de aproximadamente un kilómetro cuadrado, rodeado por un lado de un enorme lado de aguas tranquilas y por el otro por el pueblo de Santa Elena, al que se llega por un estrecho camino que une la isla con el pueblo principal.
Las calles adoquinadas atraviesan todo el pueblo y en cerca de 20 minutos se recorre completo. En la parte alta, en el centro de la isla, dominando las vistas se encuentra la plaza principal con la iglesia, un pequeño jardín y una cancha de baloncesto. Los restaurantes y hoteles se concentran en ls calles inferiores con vistas al lago. Además de poder contratar el viaje a las ruinas de Tikal desde aquí, se puede perder un día más en la isla y visitar El Remate, una pequeña zona al este del lago, de aguas turquesas ideal para pasar un día tranquilo, ya que no suele estar muy frecuentada por turistas.
– Bus Flores-San Pedro Sula: El viaje dura unas 9 horas (250 Q), sin contar la parada en la frontera con Honduras. En la frontera hondureña también hay que pagar una tasa de 3 € de inmigración.

PARA DORMIR
– El Mirador del Lago: el hotel tiene unas preciosas vistas al lago. Las habitaciones (80 quetzales) son sencillas y funcionales, con baño propio y ventilador.

PARA COMER
En la calle al oeste de la mini-ciudad de Flores se concentran la mayoría de los restaurantes. En una calle paralela se encuentra el restaurante La Luna, que según mucha gente de la zona es uno de los más buenos de Flores. Lo lleva una pareja hispano-alemana, que según nos contarón se instalaron aquí hace ya m´s de quince años, después de descartar quedarse en Cuba.
Y si lo que buscais es comida más económica, en la plaza de la ciudad se encuentra un puesto que preparan comida mexicana (tacos, tostadas, superburritos y cervezas a 20 Q). Los licuados que preparan son de lo mejorcito que probamos hasta ahora (5Q) Y de postre un helado ‘Sarita’. Junto al de comida hay un puesto de helados con deliciosas bolas de helados y unos vasos de helado (Banana Sundae) con trozos de plátano, nata montada y cacahuetes (19 Q) para chuparte los dedos.

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